Ábrete al corazón y reconoce lo bello pero no busques belleza donde no la hay. Acéptalo con confianza y no juzgues. No busques amor donde no lo hay porque ya hay amor en tu interior, reconócelo y reconócete. En lugar de maldecirte porque las cosas no siempre funcionan según tus expectativas, acepta la realidad tal como es.
Camina serena y no tengas miedo de escudriñar en la luz de tu corazón pues ella te conducirá a la realización de tu elevada misión. Pero ahora sólo escúchate, reúnete contigo, recréate en la brisa de tu alma, fúndete en el silencio de tu pecho. Deja que la simiente de paz crezca en tu regazo y que su fruto se refleje en tus actos.
Suéltate, déjate ser, deja operar a la magia silenciosa y cauta de la vida que sabe cómo actuar y cuándo aflorar.
Aléjate de todo y de todos lo que no te nutren y crea un nuevo espacio en tu vida que ahora permanece quieto y callado, pero que se moverá en momento oportuno hacia la dirección correcta para tu renacimiento en el aquí y en el ahora. Desarrolla la paciencia, el silencio, la neutralidad y marca las distancias que creas oportunas. No dejes que los juicios ajenos o la prisa ya sea tuya o ajena, provoquen que se te escape la existencia del sentir.
Practica el no hacer nada, el caminar, el respirar con conciencia, el ir despacio para mejor sentir y lo bello florecerá lentamente pero con la fuerza y la tenacidad del bambú.
La belleza de tu alma se mostrará al mundo con tanta intensidad que no pasará desapercibida y tus manos bendecirán allá donde se posen. Deja espacio a la intuición, pero no la nubles con los criterios del juicio. Ve despacio y permite que todo sea al ritmo del Universo, flexibilízate, y tú, simplemente, serás a pesar de los demás, que se verán obligados a mirar hacia otra parte, allá a quien alimente su ego. Cuando hayas elevado tu vibración, los que te obstaculicen se irán en sintonía con su baja vibración pues la elevación de la tuya, los repelerá como por arte de magia y te conducirá con la sabiduría del alma allá donde estás destinada a ir para regresar después a tu fuente de luz creadora. Allí te esperan los tuyos, los que te quieren, los que te recuerdan como una princesa, los que celebran una fiesta en tu honor, cuando sabes que los visitarás (aunque sea en tus adentros), pero antes debes conciliarte con la vibración del amor y elevarte a la neutralidad necesaria para ser capaz de reconocer el amor en las almas ajenas más allá de su dolor e impulsar a este amor a crecer.
Desde mi dimensión vivo en un estado absoluto de paz y voy a ayudarte para que tú alcances el mismo estado en vida.
Camina serena y no tengas miedo de escudriñar en la luz de tu corazón pues ella te conducirá a la realización de tu elevada misión. Pero ahora sólo escúchate, reúnete contigo, recréate en la brisa de tu alma, fúndete en el silencio de tu pecho. Deja que la simiente de paz crezca en tu regazo y que su fruto se refleje en tus actos.
Suéltate, déjate ser, deja operar a la magia silenciosa y cauta de la vida que sabe cómo actuar y cuándo aflorar.
Aléjate de todo y de todos lo que no te nutren y crea un nuevo espacio en tu vida que ahora permanece quieto y callado, pero que se moverá en momento oportuno hacia la dirección correcta para tu renacimiento en el aquí y en el ahora. Desarrolla la paciencia, el silencio, la neutralidad y marca las distancias que creas oportunas. No dejes que los juicios ajenos o la prisa ya sea tuya o ajena, provoquen que se te escape la existencia del sentir.
Practica el no hacer nada, el caminar, el respirar con conciencia, el ir despacio para mejor sentir y lo bello florecerá lentamente pero con la fuerza y la tenacidad del bambú.
La belleza de tu alma se mostrará al mundo con tanta intensidad que no pasará desapercibida y tus manos bendecirán allá donde se posen. Deja espacio a la intuición, pero no la nubles con los criterios del juicio. Ve despacio y permite que todo sea al ritmo del Universo, flexibilízate, y tú, simplemente, serás a pesar de los demás, que se verán obligados a mirar hacia otra parte, allá a quien alimente su ego. Cuando hayas elevado tu vibración, los que te obstaculicen se irán en sintonía con su baja vibración pues la elevación de la tuya, los repelerá como por arte de magia y te conducirá con la sabiduría del alma allá donde estás destinada a ir para regresar después a tu fuente de luz creadora. Allí te esperan los tuyos, los que te quieren, los que te recuerdan como una princesa, los que celebran una fiesta en tu honor, cuando sabes que los visitarás (aunque sea en tus adentros), pero antes debes conciliarte con la vibración del amor y elevarte a la neutralidad necesaria para ser capaz de reconocer el amor en las almas ajenas más allá de su dolor e impulsar a este amor a crecer.
Desde mi dimensión vivo en un estado absoluto de paz y voy a ayudarte para que tú alcances el mismo estado en vida.
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