Las
sirenas que vivimos en aguas subterráneas y tenemos la dicha de recibir
aunque solo sea un solo día un rayo de sol por pequeño que sea, lo
recibimos con el mayor
de los agradecimientos. Ese día lo celebramos con el corazón pues ese
rayito nos ayuda a sentir con mayor intensidad la luz del ser. Si por
algún casual viviéramos en las aguas exteriores, las de la superficie
del planeta Tierra viviríamos la oleada de luz
en completo éxtasis emocional.
Con cada rayo de luz, la divinidad nos acaricia y nos recuerda que nuestra existencia es un tesoro al abrigo de la madre Tierra. En las aguas subterráneas se siente mucho más el amor pues estamos más cercanas al corazón del planeta. Es una bendición estar aquí. Desde aquí podemos recordar las encarnaciones desde el principio y al habernos conciliado con ellas, tenemos el poder de vivir en completa atención y plenitud el instante que nos acaricia aquí y ahora. Nuestro amor es sin condiciones y esto lo expresamos en nuestros cantos y en nuestras acciones.
Con cada rayo de luz, la divinidad nos acaricia y nos recuerda que nuestra existencia es un tesoro al abrigo de la madre Tierra. En las aguas subterráneas se siente mucho más el amor pues estamos más cercanas al corazón del planeta. Es una bendición estar aquí. Desde aquí podemos recordar las encarnaciones desde el principio y al habernos conciliado con ellas, tenemos el poder de vivir en completa atención y plenitud el instante que nos acaricia aquí y ahora. Nuestro amor es sin condiciones y esto lo expresamos en nuestros cantos y en nuestras acciones.
No
estamos solas, hay especies acuáticas desconocidas para el hombre,
que conviven en armonía con nosotras, de hechos nos complementamos y nos
completamos. Es un proceso natural en el que no dependemos
de la aprobación de los demás sino de la felicidad radiante que nace
del ser. Lo sentimos como una suave melodía que tiene el poder de
estremecer incluso a los corazones más duros. Desde el ser, el ego se
empequeñece y simplemente se va. Se vuelve un vehículo
para honrar a la mente y responder al pleno potencial que encierra.
Nadamos con ligereza y bailamos en el agua, haciendo piruetas mágicas y
alegres. Las hadas cantan con nosotras y nuestros cantos llegan más allá
de otras dimensiones, siempre bien recibidos
pues armonizan y confraternizan con los oídos a quienes llegan.
Otros
seres de luz vienen a visitarnos y nosotras los acogemos llenas de luz y
de agradecimiento por haberse acordado de nosotras. Aquí reside la
dicha y la alegría,
por eso atraemos otros seres que están en la misma vibración. A veces,
nos reunimos y conversamos sobre la forma de ayudar a algunos humanos de
corazón abierto y noble. También sobre aquellos a quienes profundas
heridas les han cerrado el corazón sobre los
que tratamos de averiguar cómo pueden hacer para no cerrarse a la
compasión y el perdón por sí mismos y por los demás. Ése el el camino
más liberador para dejar atrás la rueda interminable de karma. Compasión
como manera de comprender el sufrimiento ajeno.
La primera ayuda es simplemente escuchar sin juzgar. Si tu corazón no
se siente incómodo, sigue compadeciéndote. Sabrás el camino a seguir. No
prejuzgues que no llegarán a ti las personas adecuadas, pues la
oscuridad se ha empeñado en hacerte creer que todos
van a perjudicarte.
Nada más lejos de la realidad: pero no te dejes vencer. Eso es
lo que pretenden conseguir. Pero los tuyos cada vez están más cerca y tu
suerte cada vez te sonreirá más. Deja de tener miedo a escuchar. Sabes
decir que no y
sabes decir que sí. Así que simplemente escucha y tu intuición te
dictará como seguir.
Pero primero escúchate a ti misma y báñate en luz clarificadora y expansiva, en tanta luz sanadora que llegues a sentir la magnitud del alma, la fuerza infinita de la que se nutre. Ten por cierto que así es.
Pero primero escúchate a ti misma y báñate en luz clarificadora y expansiva, en tanta luz sanadora que llegues a sentir la magnitud del alma, la fuerza infinita de la que se nutre. Ten por cierto que así es.
Nosotros
nacemos con la certeza de que es así. Tu debes adquirirla con
paciencia, constancia y práctica algo para los que te diseñaron, te
programaron. Reconcíliate con tu
luz, no temas sentir su radiancia y nada destructivo te afectará. La
luz hace caer la falsedad y te une a la consciencia de la verdad. Y no
te olvides de enviarnos luz a nosotras, a los seres de luz que te
bendicen y a la especie animal y vegetal de la Tierra.
Ahora cantamos y sentimos como tu alma está bailando, ¿lo sientes tú?
Nunca
dudes de que podrás cumplir tu misión, tu autoestima puede llegar a ser
muy fuerte y tu fuerza tan poderosa como la divina.
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