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lunes, 2 de julio de 2012

Canalización de las hadas

Caminas lentamente sobre la estela plateada que la luna ha dejado en el mar y te diriges hacia la orilla para recoger la caricia de las olas y la espuma vaporosa que dibuja formas divertidas. Los duendes asoman su sonrisa y te invitan a jugar con ellos. Los reconoces con amor y no juzgas sus palabras ni sus osadas piruetas. 
 
Levantas tu vuelo de hada y te diriges allá donde te lleva ese amor sin condiciones que engendras en la chispa de tu fuente de luz hermosa y cristalina. Así eres tú. 
 
Vas a erigirte ahora en ese amor sin apego gracias a poderosos maestros que tras diferentes apariciencias van a aterrizar en tu mundo para ganarse tu corazón con paciencia, perseverancia y afecto. Vienen atraídos porque tú destilas esas cualidades pero necesitas perfeccionarlas para recordar con lucidez esos orígenes que te pertenecen y que regresa a ti como tu más preciado legado. 
 
Tesoros de luz desembarcan en tu puerto emocional para embeberse de ese caudal de espiritualidad que esparces allá donde tu presencia es requerida, de igual modo que los animales desprenden naturalidad, sabiduría e instinto natural allá donde se encuentren: en el bosque, en la pradera, en las montañas, en las llanuras, en el desierto, bajo tierra o en terrenos acuíferos o pantanosos. 
 
Saliste victoriosa de las arenas movedizas que te lastraban el entendimiento y la perspectiva de miras juiciosa o cabal. Por esta razón, pronto verás rayos de luz que vienen a posarse en el haz de luz vertical y luminoso como las estrellas que te brota del pecho para irradiar constantemente hacia arriba, hacia las constelaciones de donde eres hija y princesa. Sin embargo, tu incipiente aceptación, serenidad y reconciliación te han permitido crear ese espacio personal e íntimo tan necesario para ti. No temas pues ya nadie puede arrebatártelo. Tú lucharías con coraje, si así se diera el caso, pues te erigirías como esa guerrera de la luz serena y determinada a seguir feliz y radiante en su posición terrenal. Vas a encontrar el punto de equilibrio preciso entre el cielo y la tierra y la llave de acceso a una mayor luminosidad y claridad al mundo clarividente e intuitivo.
 
Recuerda que cuanto menos juzgues, aquello que no te place más pasa a través de ti pero no para quedarse sino para pasar de largo. Concéntrate en lo dichosa que eres y permite que el instante floreciente te muestre su luz y las sabias respuestas que están por llegar. Potencia lo positivo y préstale toda tu atención y trabajo espiritual pues te conducirá hacia tu misión.

Sigue enclavada en tu enraizamiento para absorber la energía de la madre Tierra y siente su amor, un amor sincero que no pide nada a cambio. Medita sobre ello y envía energía purificante alrededor y sobre el globo terráqueo. Te unirás con ello a la fuerza poderosa que ya están invocando otros muchos y, de este modo, permites a los maestros ascendidos un mayor margen de acción aquí y ahora. Ellos precisan de seres en el camino de la iluminación para ayudar al planeta a que las fuerzas oscuras disminuyan su acción y comprendan que la Tierra es un lugar de luz reservado a los maestros que somos todos.
 
Pídele a tu madre Tierra que te cuide y que te tome amorosamente en su regazo, en su núcleo tan lleno de perfección y magia, para que tú puedas incorporar todo eso en ti y sanar espacios y ambientes y que, a su vez, esa sanación sea transferida a los habitantes de dichos espacios. 
 
Cree en el poder de los niños porque en ellos existe mucha más luz de la que imaginas y muchos de ellos son diestros e inteligentes maestros encarnados para facilitar un ansiado cambio por la madre Tierra que acoge a todos sin excepción.
 
Ahora personificas el agradecimiento y eso se refleja en halos de luz que vienen a bendecirte y a protegerte de la densidad que aún se respira en el ambiente pero tú envíale tu aliento hadado y élfico, tu magia y luz sagrada con el pleno convencimiento de que el conocimiento ancestral que fue tan tuyo regresa, viene a ti y se posa sobre tu alma y tu mente, como una mariposa que bate sus alas y su movimiento sutil es percibido incluso por otras dimensiones. Que a ti u a otros les pase por alto no significa que no esté, sino simplemente que está esperando a que estés preparada para ser plenamente consciente del alcance de la magia del instante y del amor que cada momento de la existencia es capaz de generar. 
 
Tu rostro ya empieza a recibir ese amor por eso ahora estás tan preciosa y las estrellas permanecen en tus ojos. Tienes el cielo dentro y, créenos, en cada paso vas a irlo repartiendo en semillas que germinarán allá donde otros las esperan ansiosos. 
 
Sigue floreciendo, mi niña, y refléjate en el sol que ya empieza a despuntar en el alba de tu alma. Tanta luz disuelve cualquier miedo y preocupación pues estás demasiado ocupada sintiendo la explosión de vida en tu interior...                           
 
 

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