Te hallas ante el corazón humilde de estas gentes que han aprendido a amar lo que hacen. Veneran la naturaleza y preservan los entornos naturales. De pequeños sintieron como la madre naturaleza les amamantaba y ellos son quienes la cuidan ahora, atentos a sus necesidades, adaptando las suyas a las de la naturaleza y no al revés.
Te desperezas y los rayos del sol te calientan el rostro con el amor incondicional de una madre que nada espera ni pide a cambio.
Has aprendido siguiendo esta máxima de quedar libre de expectativas y de apegos para así no impedir, limitar, condicionar ni inteferir en la vida de nadie. Cada cual debe recordar su propio camino y entregarse a él sin pretender que nadie haga el trabajo que corresponde a cada cual. Una mirada tan clara como el manantial en que ahora te estás bañando ayuda a este propósito. Pero hay que deternerse, escuchar y percibir la luz del alma, que siempre nos está hablando, filtrándose en nuestro ser. Déjate ir como la ráfaga de aire que atraviesa el bosque cual corcel al galope y acaba elevándose hasta el corazón de Dios para dar cuenta de su grandeza. Aquí recuerdas que la grandeza de estos aborígenes está en su sencillez, en una humildad que practican pero que para nada proclaman.
Maestros del Silencio, parcos en palabras, sin embargo, han reconocido tu linaje y te transmiten la sabiduría que pasa generación tras generación y que tanta información te proporciona sobre quien eres. Recuperas tu cetro de poder y te sientas en el trono que te pertenece. Muchos custodiaron las pertenencias que ahora te son retornadas. Este lugar supone un encuentro contigo misma, rendida desde hace tiempo a la voluntad divina. Muchos contribuyeron a que te perdieras pero nada ha impedido que hayas encontrado tu varita mágica y la hayas agitado para vaciar tu alma de todo lo erróneo y que aflorara tu luz, tan libre y ligera como las hadas.
Tu ejército celestial te canta un coro y te recuerda tus orígenes de líder y que debes seguir llevando a cabo ahora. Recibes instrucciones y los medios al respecto para desarrollar tus ideas. Las has incubado con escepticismo durante años pero ahora ya no hay tiempo que perder pues deben salir a la luz y ser manifestadas mediante la acción. Los tuyos están contigo para ayudarte a recordar e instituirte antiguos y nuevos símbolos con poderes de sanación del planeta. Todos tus dolores se esfumaron como los fantasmas del pasado y ahora te eriges al frente de tus seguidores que te han reconocido al instante. Pero tú ves en cada uno de ellos a un maestro, a un líder y les instruyes para ejercer su poder y alentar la vida del planeta, éste que tanto quieres y con quienes tanto cabalgaste. Muchos se incorporan y te respaldan para formar una luz aún más fuerte a quien nada ni nadie pueda vencer. Ésta irradia con la fuerza de las estrellas, las que tú aprendiste a generar en las aguas del río y que ahora refulgen para reforzar tu verdad. Silencias las pretensiones confusas de otros para dar cabida sólo a tu espacio interior, aquél que te habla con la sabiduría del alma y que te alecciona sobre la verdad que requiere tu misión.
En la selva, en el bosque, en las cordilleras, en los lagos, en los volcanes, en la orilla de la playa encuentras respuestas que te definen y que te configuran como una más en el paisaje para fundirte con el cielo y traer el equilibrio a la Tierra. Harta de tanta convulsión este es un último llamada a la evolución humana en la luz y a la iluminación de todos los seres.
Nunca creíste que algo así se forjaría ante ti pero llegó el momento de sanar y curar heridas y errores. Sólo la raza humana ostenta el poder del cambio en favor de su ser y de la protección de todos aquellos que forman parte del planeta y eso incluye hasta la última bacteria. Los niños lo saben, debes creerles. En este punto del globo terráqueo se alza una fuerza poderosa que se siente en el alma y que la impulsa a crecer y a fundirse con el corazón. Ese es el lenguaje de los reinos animal y vegetal y es ese mismo lenguaje con el que debe comunicarse el reino humano.
Todo está dispuesto y llamará a tu puerta.
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