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miércoles, 25 de diciembre de 2013

Canalización de los guías

Te cargas de energía navideña en este precioso lugar donde la fuerza y la unión de lo auténtico han tomado tu espíritu de niña alegre y despierta. Sigues viviendo un sueño despierta, atenta y consciente y sientes tan cerca a tus ángeles que sus alas te envuelven con el amor de los cielos. 


Las sonrisas de los niños y  el perfume de las flores de la pradera llegan a ti como el mejor de los regalos en este día tan especial con quien te identificas desde la luz y el desapego, sintiéndote hija del lugar y de la madre naturaleza, esa madre que nada te pide a cambio y que tanto te da. Hoy te consagras a ella y sellas un compromiso de amor incondicional en que nada os pedís la una a la otra pero en que todo os dáis sin ninguna expectativa y finalidad más que la del momento que os une como una sola alma.
 

Atrás dejaste los que pretendieron atarte como a una res para someterla a sus caprichos disfrazados de amor tóxico. Ahora eres tan libre como los animales que pacen tranquilamente en tu hogar y a quienes observas, recordando tu infancia. El mugir de las vacas, el balar de las ovejas y cabras y también el canto de las gallinas y otras aves domésticas como las ocas y patos, te retrotraen a una infancia de la cual recuperas, gracias a los animales, el puro sentir en estas tierras de paz y de compromiso con el medio ambiente y la humanidad que lo preserva. El canto del mirlo, de la alondra y de la abubilla vienen a ti con la misma naturalidad como lo hacen los niños del lugar con quien mantines un vínculo saludable y único.   


Tus perros y avecillas te acompañan hoy en tu paseo matutino de la mano del sol y la brisa. Envías amor y luz con tus símbolos sagrados allá donde más se necesita y prosigues tu camino con la compañía lejana de las montañas vigías que te hablan a través del susurro del viento y del roce de las hojas de los árboles con el viento. 


Quédate con lo mejor del momento, con ese abrazo desapegado que nada te pide pero que supone el alimento que tu alma precisa y que te ancla poderosamente, fuertemente arraigada al ahora con la fuerza de las raíces de las palmeras de la isla y del país. Quédate con la hermosura de esta país donde te sientes como en casa y donde los tuyos te han estado esperando durante mucho tiempo. Sabes que son ellos porque no tienen prisa ni son charlatanes, porque no toman tu espacio como si les perteneciera y porque son tus maestros del desapego y de la humildad. Por fin, te reuniste con ellos y compartís la magia de este valle azucarero y frutero, centro energético de tu ser. Este lugar tiene un sabor sagrado, destinado para ti.

Autora: María Jesús Verdú Sacases
Texto e ilustraciones inscritos en el Registro de la Propiedad Intelectual
Técnica ilustraciones: Acuarela o pastel     

martes, 24 de diciembre de 2013

Canalización de los guías

Percibes en la atmósfera un aire de bondad que te recuerda a la forma de ser de los niños pequeños y de las crías de los animales. Todos ellos están siendo tus maestros y contribuyendo a que revivas tu alegría natural de cuando eras niña. Traes en tu interior la semilla crística del amor incondicional y vas a empezar a plantarla pronto para que florezca en primavera. 

Abrirás tu propia flor cada amanecer, destellante sobre las montañas salpicadas de luz. 

Has silenciado mucho y ahora es hora de hablar de ello, entre los tuyos. Ellos te llevan las respuestas incluso antes de haberlas preguntado pues te conocen desde hace mucho antes de lo que presientes. Lo dejaste todo atrás y no te arrepientes sino que te sientes liberada. De hecho, te sientes tan ligera que es como si pudieras volar con tu propia capa. En este lugar están imprimidas tus respuestas y  todo te sale a pedir de boca.

Imagen registrada*

-¡Por fin, ya era hora!- exclamas. 

Aquí tus cuentos y leyendas de hadas tienen su propia personalidad. Es como si estas historias se reescribieran ante ti. Estás encantada con ello, con orquestar tu representación de hadas. La luz de este paraje natural desprende una energía tan pura que nunca antes la habías percibido en ningún otro lugar.

 Imagen registrada*

Cada segundo que pasas aquí es un segundo de bendición. Este sitio sagrado resulta ideal para albergar la geometría sagrada de la que eres depositaria. Este lugar está tan vivo y despierto que en lugar de ser contenido para este mundo bien pudiera tratarse del contenedor del Universo. Es vasto y puro. Todo en él parece elevarse por encima de sí mismo.

El aroma profundo y exótico de las flores te atrae hacia ellas para difrutarlo de cerca. Te dejas encandilar por la fragancia fresca y vegetal y te dejas caer suavemente sobre el manto mullido de la hierba de la pradera. Te sientes observada. Sabes que tu guía, Emilú, anda cerca. Su señal inconfundible es el olor agradable de las flores.

Donde se halla este olor, allí se encuentra Emilú. En casa también tienes flores frescas para mantenerla cerca de ti. Te agrada su compañía y los mensajes que ella tiene para ti. Hoy te dice: “Alguien viene a tu puerta con palabritas dulces para acercarte a tu lugar en el mundo. No temas pues todo está escrito e irá fluyendo hacia ti con la misma naturalidad con que el arroyo fluye y converge hacia el mar."

Hoy el frescor de la mañana se trasladará a tu cuerpo y te sentirás revitalizada y nueva. Estás experimentando un renacimiento que culminará cuando alcances la gloria de tu misión y vivas tu realidad con plena pasión y compromiso. ”

Autora texto e ilustraciones: María Jesús Verdú Sacases
Texto e ilustraciones inscritos en el Registro de la Propiedad Intelectual
Técnica ilustraciones: Pastel  

sábado, 7 de diciembre de 2013

Canalización de los guías

Te hallas en tu nueva residencia y contemplas como desde el edificio acristalado el reflejo de las nubes cae mansamente sobre los cristales a la vez que el reflejo de la hierba fresca de los campos circundantes te regala un paisaje campestre en esta bucólica ciudad que parece asemejarse a un pueblo. 

Aquí respiras el aire fresco y saboreas la pureza del agua. Es una de las de mayor calidad del planeta. Existe una población cercana donde sueles escaparte para sentirte más cerca de las montañas. Vienes a escuchar su voz y a observar a los gnomos. A veces se dejan ver. Todo es limpio y cristalino aquí y las gentes respetan a la madre naturaleza. Ella nos protege y nos provee así que debemos considerarla como nuestra madre.


Este lugar mágico te conecta con tus orígenes, con tus ancestros y te eleva por encima de la superficialidad que mancha la mente. Este lugar bañado de estrellas te ha estado esperando durante mucho tiempo. Te sientas en la pradera y respiras hondo. Todo rezuma amor en este paisaje natural. 


A lo lejos ves animalitos que cruzan y te observan divertidos unos segundos. La cascada resuena a lo lejos. Adoras el sonido del agua. Eleva tu vibración y limpia tu aura. Quédate con el canto de las sirenas que a lo lejos asoman su cabeza en el lago y te auguran buenas nuevas. 

Déjate seducir por la luz de los seres elementales que te rodean y que pronto van a acercarse más a ti.

Ábrete a sus mensajes pues te van a ayudar a recordar aquello que el dolor ha provocado que olvidaras. 

Recréate en el gozo de vivir y en el baile invisible de la vida. Sonríe a tu nueva vida, lejos del que durante años fue tu hogar. Aquí fluyes en el ahora y todo se aviene al momento. Vuélvete más presente y podrás escuchar con mayor claridad al espíritu de las montañas, ése al que tu abuela te pide que no des la espalda pues se trata de la voz de la madre tierra. Canalízala. Habla con las estrellas, con el espíritu de la bahía, con la luz del amanecer. Déjate acariciar por el canto y la belleza del tucán, por el olor a lúpulo, por la profundidad de las rocas doradas. 


Un simpático mapache corretea a tu alrededor, los patos cruzan los cielos, un pinzón te anuncia su presencia con su canto. El reino animal está a tu lado y se manifiesta contigo de forma natural y apacible. El croar de una ranita atrae tu atención. 


El ganado pasta tranquilo y eso te recuerda a cuando eras niña. Te sientes ahora como una niña a quien la vida ha complacido. La vida ha sido tu mayor regalo y lo agradeces con más fuerza que nunca en este valle de energía ligera y prístina y es que aquí el ahora sabe a pura vida.

Autora texto e ilustraciones: María Jesús Verdú Sacases
Texto e ilustraciones inscritos en el Registro de la Propiedad Intelectual
Técnica ilustraciones: Pastel  



Canalización de los guías

La brisa te acaricia la espalda, calentada por el sol y recostada en la arena caliza. Las hojas de las palmeras juegan con el aire y parecen querer pinchar al cielo. Todo a tu alrededor es apacible.

Disfrutas del tiempo, descansando plácidamente y paseando con las gaviotas y las aves autóctonas de tu isla azul.
La cordillera de montañas se deja recostar sobre la costa marina en un abrazo natural que te incluye a ti. Sientes el amor de la Madre Tierra y lo percibes tan limpio que es como si fueras una con las estrellas. 


El azul del valle ha teñido hoy las montañas celestes de un tono azulado que bien pudiera confundirse con el mismo océano en el que estás caminando hoy.

A lo lejos escuchas el canto de las horcas, ballenas y delfines. Te sientes bendecida por ese canto destinado a elevar la vibración y a aumentar la energía del mar. Tomas para ti un poco de esa energía y con ella hinchas tu pecho. Te sientes en unidad con estas montañas, sus lagos y sus costas saladas donde el aroma de la te nutre y alimenta tus articulaciones. La magia de este lugar sagrado te revitaliza y te atrae lo mejor del momento. 

Un habitante del lugar se acerca educadamente y te entrega algo parecido a una varita con hojas. La tomas, le das las gracias y él se va para respetar tu privacidad. Sigues en la playa con tu varita verde y algo hermoso te inunda el cuerpo como un baño que te refresca y te relaja por completo. Esa varita te ayuda a trascender la densidad y te conecta con tu centro de poder. Estás sola pero te sientes acompañada. Tus ancestros velan por ti y pueden hablarte con la voz del lugar gracias a su extraordinaria pureza. 


Te has acostumbrado a una vida sencilla donde tu vocecita interior ha cobrado vida. Ahora está conversando con la de tus ancestros. Ellos te revelan donde puedes hallar información esclarecedora para ponerte manos a la obra con el propósito que te está destinado: el de hacer de hada entre los hombres y niños.  Has nacido para esto y ya nada más va a retrasarte o a aletargarte respecto a tu misión divina. Somos seres divinos desde el momento en que nos alzamos ante el miedo y nos atrevemos a ser. Aunque nuestra verdad no plazca a algunos se ha diseñado para completar o hacer soñar a otros para que crean en sí mismos con la fuerza con la que los niños creen que en Navidad van a recibir sus regalos. 

Vive tu propio sueño pero hazlo despierta y consciente. Todo se confabula y mueve los acontecimientos necesarios para que tú, hada, puedas sonreír en este bendito planeta que tan maternal y protector se manifiesta ante ti. 

Quédate reposando con tu varita en las manos unos instantes y pregunta desde el corazón.
 

El destino te hará llegar las respuestas aunque algunas vengan encriptadas o cifradas. Deshaz el acertijo y halla el significado de la simbología, de esa geometría de luz que impregna el espacio. Permite que las respuestas vengan más que ir tú a buscarlas. No seas crédula con todo lo que te llega, sino nunca sabrás discernir. Sé selectiva pero con neutralidad y juicio lúcido. Tómate tiempo para clarificar  tus ideas. Aprende de tus errores y sigue creciendo. 

El encanto de este lugar puro te fascina, su magnetismo, su energía te seduce. Todo parece hablarte. Aquí el mundo inerte parece querer dialogar contigo como si el alma de La Tierra tuviera aquí su propio centro.
 
 Caminas hacia el bosque y los animales no se esconden, más bien ante ti simplemente siguen con su vida, como si fueras una más entre ellos. Eso te emociona porque te permite estar cerca de ellos. Le pides a tus ancestros que te recuerden el lenguaje de los animales. En ellos hay grandes maestros instalados en cuerpos pequeños pero que pueden enseñarte en secreto. 

 En el bosque te cruzas con un grupo de niños, uno de ellos se fija en un símbolo que llevas colgado del cuello y te reconoce de inmediato. Se acerca a ti. Aunque el adulto que acompaña a los niños, pide a ese niño que no te moleste, tú te sientes impulsa a decirle que no te molesta y que permita que el niño esté contigo. El niño te muestra una cueva con objetos tallados y símbolos que te resultan familiares. Ese niño destila sabiduría. Sin duda, grandes maestros albergados en cuerpos pequeños son tus instructores. 


¿Podrías haber imaginado nunca que tu escuela sería este hermoso bosque? 


El sonido del ganado, de los mugidos, del balar, de las campanas a lo lejos, te recuerda el sabor de la infancia y este niño que está contigo va a contribuir a sanar ese sabor. Lo mereces para recuperar tu trono.

Autora texto e ilustraciones: María Jesús Verdú Sacases
Texto e ilustraciones inscritos en el Registro de la Propiedad Intelectual
Técnica ilustraciones: Pasatel