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domingo, 9 de febrero de 2014

Canalización de los guías

Te bañas en las aguas terapéuticas de este valle sanador donde tus sueños han cobrado vida desde tu llegada. Una sensación de expansión y plenitud se apodera de ti y te abre las alas. 

Este momento se convierte en un pequeño milagro en el que tu cuerpo se alinea con tu alma y su propósito. Sientes tal nivel de bienestar que es como si un coro de ángeles interpretara para ti cánticos divinos. Estás en plena naturaleza, en un santuario de paz y luz que se ha convertido en tu hogar. Ves a los ciervos a lo lejos pero los sientes cerca de ti pues tal vez sean tus animales totémicos.


El agua caliente y pura sana tus articulaciones y músculos. Es una medicina de la naturaleza que te hace ligera, como el vuelo de las hadas. Quizás las hadas también se estén bañando contigo para disfrutar de estas aguas cristalinas que tienen el poder de filtrarse en la luz del alma.

Percibes una corriente líquida y luminosa que circula dentro de tu cuerpo para reparar viejas heridas y renacerte como la diosa que eres. La divinidad se halla en cada uno de nosotros y es nuestra responsabilidad que florezca con la misma naturalidad con que lo hacen las flores de estas montañas. El aroma de estas flores te penetra del mismo modo con que la brisa acaricia tu corazón cada mañana. Aquí notas la presencia de tus guías de luz y canalizas sus mensajes para la humanidad. 


Creas tu realidad desde la tranquilidad de tu reino verde y natural en la que los rebaños pacen tranquilamente y los animales salvajes son respetados y venerados como pequeños dioses que nos honran con su presencia. Los elfos bendicen estas praderas vírgenes cuya pureza atrae a más seres de luz. La elevación del lugar le confiere un toque mágico que activas con tu varita para traer ante ti instantes sencillos que tú concibes como sublimes. 

Te sientes protegida y libre de ser tú misma integrada en el entorno pues la máxima de los los habitantes del lugar es vivir y dejar vivir: eso permite que cada cual despliegue sus alas para implicarse en el propio propósito y contribuir al de los demás. Un espíritu libre se apodera de ti y gritas tu felicidad a los cuatro vientos. Has aprendido a amar a la Tierra y a la humanidad.



Autora: María Jesús Verdú Sacases
Texto e ilustraciones inscritos en el Registro de la Propiedad Intelectual
Técnica ilustraciones: Acuarela o pastel     

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