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domingo, 4 de mayo de 2014

Canalización de los guías

Tu tristeza se posa sobre los árboles como lo hacen los pájaros tras concluir su vuelo al atardecer. Experimentas una tristeza caprichosa que va y viene, alimentada por la inquietud y la incertidumbre. Pero tras la tristeza existe un velo de alegría que debes traspasar para recuperarla y fundirte con la sonrisa de tu alma. Si no lo haces, te pierdes la belleza de cada instante, su desnudez, su perfección. 
 
Besar cada momento requiere presencia, alma y corazón. Hunde tu mirada hacia el interior, descansa en la paz que te rige, la paz que viniste a recobrar. 
 
Desecha los juicios de valor, propios y ajenos, y escucha a los que te quieren con amor incondicional, a los que no te piden nada o mucho a cambio, a los que poseen una mente clara. Aliméntate de cada segundo vivido y si surge la tristeza, no le impidas el paso, siéntela pero dale el paso hacia otro estadio, el estadio del equilibrio vinculado a tu serenidad de espíritu. A ese equilibrio debes contribuir a plasmarlo en el cuerpo, corregir sus desniveles para dejar de balancearte según los caprichos del ego y consolidar el pleno equilibrio de tu balanza interior. 
 
 
Te estoy hablando de un equilibrio que es a pesar de todo, que no se deja amedrentar y que no zozobra al antojo de nada ni de nadie. Es un equilibrio fuerte y radiante que yace dentro de ti y que va acompañado de la seguridad, la confianza y el amor que te nutre vayas a donde vayas. La transitoriedad o la impermanencia es la cláusula principal que impera en cada momento presente. Angustiarse por ello implica una falta de aceptación, además, inútil pues sea lo que sea pasará, se irá y dejará paso a otro estado diferente. Nada perdura para siempre.
 
Nada hay igual en esta vida de variedad donde las preferencias no deben gobernarnos si no van de la mano del alma ni de su ascensión. Encontrarás seguridad, certeza en lo auténtico, en lo que te define espiritualmente, en la simpleza del ser. 
 
Lo sencillo habla por sí mismo y llama tu atención para llevarte hacia adentro y revelarte, recordarte cuál es tu misión aquí. Retómala y completa lo que requieras para resolver tus dudas y no dudes ni un instante que tus ángeles están contigo para revelarte tu propósito y allanarte el camino.
 

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