Sigues en tu isla. El ganado pace tranquilo a tu alrededor y los animales salvajes de la zona no se asustan al verte, al contrario parece como si te sonrieran. Estos animalitos son criaturas simpáticas que han reconocido tus alitas ocultas a los ojos de los demás pero que ellos perciben con claridad.
Los delfines y las ballenas cantan a lo lejos junto con el coro de sirenas. El día es fresco y la nieve reposa en la cordillera de las montañas. El rocío permanece en las flores y eso te recuerda a tu infancia en las montañas. Has regresado a tu origen y eso te encanta pues aquí encuentras todo el espacio necesario para ser. Todo el mundo respeta eso.
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El silencio y la tranquilidad penetran tu alma. El espíritu divino se aloja aquí. Lo hallas en las hojas de los árboles, en los pétalos de las hermosas flores, en el canto de los pájaros, en el sabor de los alimentos de estas lejanas tierras sensibles a los elfos y los cuentos de hadas.
Sientes la presencia invisible aquí de tu guía Emilú, quien parece encantada con el aroma de las flores de este valle. Este lugar parece la cuna del silencio y de la soledad. Aquí te encuentras cara a cara con tu alma y es como si todo lo que lo conforma, cada elemento de tu camino actual te hablara con la voz del corazón. Aquí el silencio escribe su propia sinfonía en cada huella del camino.
La profundidad de los arrecifes te acerca a esas criaturas clarividentes que son las sirenas y que tantos aciertos te han predicho sobre tu existencia. Ellas te cuentan de tu vida de hada y del trabajo que tienes pendiente por hacer en los arrecifes de coral. La fauna marina se alimenta también de la energía pura del alma y ésa es la que desprendes hoy. Aquí todo es más elevado y puro. Por eso aquí escuchas mejor la voz de la intuición y la de tus guías que vida tras vida, la han presidido con amor incondicional.
Los elfos se sienten aquí especialmente presentes. Percibes aquí sus habilidades en la lucha. Habilidades, por cierto, que los antepasados de los habitantes de estas tierras emplearon en la conquista y la defensa. Grandes guerreros con gritos aterradores hoy encarnan la prudencia y el silencio, la discreción y el respeto. Mantienes con ellos una relación en la que cada cual preserva su espacio y respeta el margen de actuación de los otros, sin juicio, en paz. Aprendes mucho de ellos; en cada gesto, cada acción. Ellos ejemplifican con sus actos incluso antes de hablar pues son defensores de su verdad y la llevan a cabo con sinceridad. Es como si la pureza del lugar disipara la hipocresía o como si cada individuo disfrutara de la libertad de ser sin prejuicios o estereotipos sociales
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Estas tierras calladas te fascinan. La belleza de la naturaleza es espectacular: los mares, ríos, lagos, bosques, praderas, faunas, acantilados, cuevas... Las personas aquí desarrollan la soledad y la compañía. Encuentran el equilibrio, aceptando ambos extremos de la balanza. Dicho equilibrio lo encuentas impreso en cada instante. Es como si aquí hubieras encontrado la cara de la verdad y hubieras dejado de tener miedo. Tu mundo anterior ha caído por completo y has limpiado tu karma. Por eso has llegado aquí, guiada fascinantemente por tus guías (hadas, elfos, gnomos, duendes) que aquí se sienten como peces en el agua. En esta naturaleza de cambio y luminosidad tus guías podrían perderse y encontrarse tan a gusto que no desearan regresar a su propia dimensión. Y tú les comprendes. Todo es tan virginal, limpio aquí que cuesta no aferrarse a eso. Sientes como si no estuvieras en este planeta. Es diferente, nuevo, único pero a vez lo encuentras familiar. Aquí traes el Reino y la magia de las hadas en cada momento. Se trata de un reino tan aceptado aquí que puede constituir tu medio de vida y tú lo estás comprobando. Pero para ti no es un trabajo sino tu vida y por vez primera no haces distinción entre tu tiempo de trabajo y tu tiempo libre pues ambos están formados de lo mismo: el contacto con los animales y la naturaleza, todas tus actividades relacionadas con las hadas, los adultos y los niños, el tiempo tranquilo en el hogar, el contacto con tu campo de energía interior... Ese campo que en cuanto has aprendido a fortalecer, lo ha cambiado todo, como por arte de magia. Por vez primera te hallas y experimentas un mundo inclusivo, claro, sin medias tintas. Naciste para él, para ser una ciudadana de pleno derecho aquí y lo ejerces con amor.
Aquí los gobernantes son sinceros y están verdaderamente comprometidos e implicados por servir al pueblo en armonía con las leyes de la naturaleza. Todo se afronta como un reto y se le acaba abrazando, dando la mano. Y siempre se hace por medio de la acción efectiva, nunca con palabras superficiales que se las acaba llevando el viento.
Admiras en cada uno de los aborígenes del lugar que enseñen por medio del ejemplo. En lugar de grandes oradores son grandes obradores, tal como lo hicieron los grandes maestros espirituales del pasado. Estos habitantes son la extensión de dichos maestros pero no precisan difundirlo tan sólo actuarlo pues no buscan ningún tipo de prestigio o protagonismo. A veces, pueden resultar tan invisibles y callados como los elfos y las hadas que presiden este lugar y a los cuales la población venera y reconoce. ¿Fueron estas personas seres elementales de la naturaleza en otras vidas? Ellos te recuerdan su lenguaje, sus poderes para que tú rememores y recuperes el tuyo.
Integras una esencia que te hace llorar de felicidad y experimentar la sencillez y la plenitud en cada día. Sientes la grandeza del alma y pequeños dioses te van a hacer sentir mejor aún, en contacto con la infinitud y la calma del ser que todos somos.
Autora texto e ilustración: María Jesús Verdú Sacases
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